jueves, 10 de mayo de 2007

FORMAR PARTE DE DOS MUNDOS DIFERENTES

Lo que para muchos sería un peligro, para Sabine Kuegler era su hábitat natural. Y lo que para muchos es “vida”, para ella era un mundo diferente, no era su mundo.

Sabine vivió en la selva virgen de Papúa Occidental entre los 5 y los 17 años de edad. Sus padres eran lingüistas y misioneros y llegaron a Papúa con sus tres hijos con el objetivo de estudiar a los fayu, una tribu con costumbres totalmente diferentes a las nuestras y anclados en la Edad de Piedra. Su intención era estudiarles, pero Sabine cuenta en su libro “La niña de la jungla” cómo también los fayu aprendieron de ellos. Su padre perdonó robos y ofensas mientras estuvieron allí, demostrando a los fayu que se puede dialogar sin utilizar la violencia. También la forma en que trataba a su mujer era inusual para una tribu que discriminaba a la mujer, pero vieron así que existía una forma diferente de tratarlas.

Pronto formaron una familia junto a ellos, convivían, aprendían el idioma, imitaban algunas de sus costumbres, pero sobre todo trataban de no cambiar su vida, sólo formar parte de ella. Así lo explica la propia Sabine: “Ahí comprendes mucho mejor las reglas de la vida, el valor de la amistad, de la lealtad, de mantenerse unidos”. Tuvo que aprender a cazar con flechas, a nadar entre cocodrilos, a tener como mascota a un dingo (ver fotografía) pero por encima de todo a vivir en libertad. Una libertad que mermó cuando su mejor amigo enfermó de tuberculosis y murió. Entonces Sabine, con 17 años, decidió irse de la selva y empezar una nueva vida en un internado en Suiza.

Al llevar tantos años en la jungla no pensó en que el mundo que le esperaba fuera era totalmente diferente. Al llegar al internado seguía haciendo lo mismo que en la selva: iba descalza, saludaba a todos por la calle como si les conociera…. Pero la civilización la dio tanto miedo que no hablaba de su vida en la jungla para que no la marginaran.

Pero igual que se acostumbró a la vida en la selva, terminó aceptando su nueva vida en un mundo diferente: occidente. Ahora es madre de cuatro hijos y espera regresar algún día a ese paraíso que era una aventura continua cada día.
-------------------------------------------------------------

No hay comentarios: