jueves, 7 de junio de 2007

TODA PRECAUCIÓN ES POCA

El veterinario de un zoo de Taiwán, Chen Po - Yu, de 38 años, parece que ya ha aprendido esa frase que dice "Toda precaución es poca". Un dardo tranquilizante no fue suficiente para sedar a uno de los cocodrilos que estaba tratando. El veterinario se acercó creyendo que el fármaco había hecho efecto en el reptil, sin embargo, parece que el disparo le enfureció más y atacó al veterinario arrancándole el brazo izquierdo de un mordisco.

En ese instante, como es lógico, el pánico sucumbió en todo el zoológico. La trágica escena no sólo fue presenciada por los dos contendientes, sino por algunos visitantes que se encontraban en el parque zoológico. A su vez, uno de los compañeros de Chen Po - Yu le realizó un torniquete en el brazo para detener la hemorragia, mientras que otro disparó varios dardos sedantes al animal hasta que consiguió que el cocodrilo perdiera la consciencia. Una vez que el animal estaba completamente dormido, un equipo médico recuperó el brazo del veterinario y lo transportaron en una nevera especial para que llegara al hospital en el que se encontraba Po - Yu y así poder reimplantársele.

Según han determinado los especialistas, el cocodrilo estaba siendo tratado de una enfermedad gástrica y el reptil llevaba una semana sin comer, lo que seguramente explica el mordisco tan voraz que dio al brazo de su cuidador.

Para ver un video de lo sucedido pincha aquí:

Pero el veterinario taiwandés tiene suerte de poder contarlo, porque hace unos años se conoció la historia de un cocodrilo que se comió a un niño de doce años cuando éste se bañaba en el río Bebedero, en el norte de Costa Rica. Los testigos explicaron que el reptil mordió al niño en el cuello y posteriormente le dio varias vueltas antes de desaparecer con su presa bajo el agua.